Dependiendo de tu ubicación, es probable que uses un horno o una bomba de calor para calentar tu hogar. Sin embargo, quizás no sepas que usar tanto calefacción a gas como eléctrica puede ayudarte a ahorrar en tus facturas de servicios públicos. Entonces, ¿qué es exactamente un sistema de calefacción de combustible dual? El concepto es sencillo: cuando el clima es ligeramente frío, la bomba de calor se encarga de la calefacción, y cuando la temperatura baja de cero, el horno toma el relevo. Con California y otros estados fomentando la electrificación (el uso de electricidad en lugar de combustibles fósiles para la calefacción), los sistemas de calefacción de combustible dual se están volviendo una tendencia cada vez más popular.
A continuación, te presentamos algunas sugerencias para decidir si un sistema de calefacción de combustible dual es adecuado para ti, manteniendo tu hogar cálido y al mismo tiempo aprovechando los beneficios de la eficiencia energética.
Bomba de calor y horno a gas: dos métodos de calefacción
Aunque comparten un nombre, una bomba de calor cumple una doble función en tu ambiente interior. Cuando el clima es cálido, funciona como un aire acondicionado, enfriando tu hogar y eliminando la humedad. A medida que las temperaturas bajan, invierte su operación para proporcionar calefacción, normalmente emitiendo aire a una temperatura de entre 90 y 95 grados Fahrenheit desde las rejillas de ventilación. Dado que una bomba de calor utiliza electricidad en lugar de quemar combustibles fósiles, se considera un método de calefacción ecológico.
En temperaturas moderadamente frías, la bomba de calor ofrece una calefacción adecuada y rentable, lo que la hace ideal para la primavera, el otoño y los días de invierno suaves. Sin embargo, a medida que las temperaturas exteriores caen drásticamente, la capacidad de calefacción de la bomba de calor (medida en BTUs por hora) y su eficiencia también disminuyen.
¿Le conviene un sistema de calefacción de combustible dual?
En cambio, los hornos queman gas natural o propano para generar calor y distribuirlo por toda tu casa. Pueden proporcionar un calor abundante y constante de manera rápida y eficiente, manteniendo la comodidad interior incluso durante condiciones exteriores extremadamente frías o temperaturas bajo cero. De hecho, el aire expulsado de las rejillas puede alcanzar temperaturas de hasta 120 a 130 grados Fahrenheit.
Cómo el sistema de calefacción de combustible dual logra lo mejor de ambos mundos
Combinar una bomba de calor con un horno a gas permite aprovechar al máximo la operación eficiente de ambos sistemas. En temperaturas más bajas, la eficiencia energética de la bomba de calor es ligeramente superior a la del horno a gas, y no emite gases de efecto invernadero. De hecho, en condiciones ideales, una bomba de calor puede transferir más del 300% de la energía que consume.
Sin embargo, como se mencionó anteriormente, la eficiencia de la bomba de calor disminuye a medida que las temperaturas bajan. Cuando la temperatura llega a cero grados o menos, el sistema de calefacción de combustible dual cambia automáticamente al horno para generar el calor más alto que se necesita. La buena noticia es que los hornos modernos de alta eficiencia pueden tener una calificación de Eficiencia de Utilización Anual de Combustible (AFUE) superior al 97%, lo que significa que el 97% del combustible que pagas se convierte en calor.
Si estás interesado en un sistema de calefacción dual, hay dos opciones básicas: la primera es instalar un sistema dividido donde la bomba de calor y el horno sean unidades separadas. La segunda opción es instalar un sistema HVAC de combustible dual empaquetado, que integra ambas fuentes de combustible en una unidad conveniente.