A medida que el mundo busca cada vez más soluciones sostenibles, las bombas de calor han surgido como una de las formas más efectivas de reducir el consumo de energía y las emisiones de carbono en los edificios. Conocidas por su eficiencia energética, las bombas de calor también ofrecen un beneficio adicional atractivo: una mejor calidad del aire y los beneficios para la salud asociados.
Un estudio reciente realizado por Rewiring America, una organización sin fines de lucro que promueve la electrificación de los hogares, destaca el impacto positivo significativo que las bombas de calor podrían tener tanto en la contaminación del aire exterior como en la salud pública. La investigación sugiere que reemplazar los sistemas de calefacción tradicionales a base de petróleo y gas por bombas de calor en los hogares de EE. UU. podría llevar a un aire más limpio, salvando miles de vidas y reduciendo las enfermedades respiratorias.
Un futuro más limpio y saludable con las bombas de calor
Los beneficios de las bombas de calor van más allá del ahorro en las facturas de energía. El estudio encontró que si todos los hogares de EE. UU. cambiaran a bombas de calor, calentadores de agua con bomba de calor y secadores de ropa con bomba de calor, la reducción de la contaminación del aire sería dramática. Al eliminar los hornos de aceite y gas, las bombas de calor evitarían la combustión de combustibles fósiles que libera contaminantes dañinos como amoníaco, dióxido de azufre y dióxido de nitrógeno en la atmósfera.
Además, reemplazar los ineficientes calentadores de resistencia eléctrica reduciría aún más la contaminación proveniente de la generación de electricidad basada en combustibles fósiles, mejorando aún más la calidad del aire. Según el estudio, estos cambios podrían reducir la contaminación por partículas finas en 300,000 toneladas anualmente, lo que equivale a retirar 40 millones de coches de las carreteras.
Los beneficios para la salud son profundos. Un aire más limpio evitaría unas 3,400 muertes prematuras al año, reduciría las visitas al hospital en 1,300 y preveniría 220,000 ataques de asma. También conduciría a 670,000 menos días de trabajo y actividades perdidos cada año, lo que resultaría en mejoras en la salud valoradas en $40 mil millones cada año.
Entendiendo el impacto en diferentes regiones
El informe también destaca que el nivel de beneficio de las bombas de calor variará según la región, dependiendo de factores como la densidad poblacional, los sistemas de calefacción existentes y la limpieza de la red eléctrica local. En las regiones densamente pobladas y más frías, que dependen en gran medida de los combustibles fósiles para la calefacción, como el noreste de EE. UU., el impacto sería mayor en comparación con los estados más cálidos que utilizan más calefacción por resistencia eléctrica.
La transición hacia la energía limpia juega un papel crucial en estos beneficios. El estudio asume una red descarbonizada en un 95% para 2050, lo que amplificaría las ventajas para la salud de las bombas de calor. Una transición más rápida hacia las energías renovables generaría reducciones aún mayores en muertes, visitas al hospital y ataques de asma.
Un impulso creciente hacia el cambio
Los beneficios para la salud de las bombas de calor son solo una parte de la conversación más amplia sobre los electrodomésticos a gas. Estudios previos han mostrado los efectos perjudiciales de las estufas a gas en la calidad del aire interior, con algunas investigaciones vinculándolas al asma infantil. En respuesta, varios gobiernos locales, incluidos los de la zona de la Bahía de San Francisco, han comenzado a eliminar los electrodomésticos a gas en favor de alternativas más limpias.
Para fomentar la adopción generalizada de las bombas de calor, los legisladores deben abordar los costos iniciales, que pueden ser una barrera para muchos hogares. Aunque las bombas de calor suelen ser más rentables a largo plazo, sus costos de instalación inicial pueden ser prohibitivos. Sin embargo, los incentivos gubernamentales, como los créditos fiscales federales de la Ley de Reducción de la Inflación, pueden cubrir hasta el 30% de los costos de instalación, lo que facilita el cambio para los hogares. Para las familias de ingresos bajos y medios, los reembolsos de vivienda pueden cubrir hasta el 100% de los costos de instalación.
Avanzando hacia un futuro más saludable y sostenible
A pesar del creciente cuerpo de evidencia que apunta a los beneficios medioambientales y para la salud de las bombas de calor, la investigación sobre su impacto en la contaminación del aire exterior sigue siendo limitada. Estudios como el de Rewiring America son vitales para llenar este vacío y alentar a los responsables políticos a considerar las ventajas para la calidad del aire de la electrificación al diseñar las políticas energéticas.
En última instancia, cambiar a bombas de calor no solo es una inversión en ahorro energético, sino también en salud pública. Al mejorar la calidad del aire y reducir las emisiones nocivas, las bombas de calor ofrecen un futuro más limpio y saludable para todos.